El embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal, es un abogado, politólogo y diplomático que nació en Monpellier y desde 2017 está al frente de la representación diplomática de su país en Caracas. Habla con absoluta fluidez el español porque lo estudió desde niño.
En cuatro años ha pasado a ser referencia del cuerpo diplomático acreditado en territorio venezolano por los nexos y el apoyo que ha venido dando a nombre de su país y del gobierno de Emmanuel Macrón a organizaciones sociales, deportivas y culturales.
Los elogios que recibe por su labor los responde con agradecimiento, pero siempre aclara que está dentro de sus funciones al frente de la embajada gala.
Ha recorrido buena parte de Venezuela siempre buscando estrechar vínculos con las comunidades y a través de sus redes sociales y las de la Embajada de Francia ha mostrado parte sus vivencias, desde la misma Caracas, pasando por Petare, el Ávila, Canaima, Roraima, Mérida, la isla de Margarita, Los Roques y hasta el litoral central por mencionar algunos de los lugares donde ha estado.
“Quiero que se diga que soy un gran promotor de la cohesión social en el país a través de las conexiones, vínculos y alianzas con la sociedad civil venezolana”, comenta Nadal antes de iniciar la conversación. “No vine para hacer turismo, sino para estrechar lazos entre el pueblo francés y el venezolano. Me interesa de Venezuela su originalidad, su historia, su cultura y las iniciativas que existen en el país en muchos ámbitos como el social, espiritual, cultural o deportivo”, agrega durante la primera entrevista presencial de la sección Sin tapabocas pero a distancia.
En ese recorrido por el país, su sentido del gusto prácticamente ha probado buena parte de los platos que conforman la comida nacional, la cual también considera un elemento atractivo para la oferta turística del país y no vacila en señalar que percibe que hay coincidencias entre un ciudadano francés y uno venezolano por el placer de comer.
“Soy un adicto total al casabe, adoro comerlo calientico, gratinado con un poco de queso o también natural. Es un ingrediente de la gastronomía venezolana muy sabroso”, revela.
No duda en afirmar que considera a Venezuela como uno de los países más bellos del mundo y sobre la base de la experiencia que tiene Francia en materia turística fue invitado especial al V Foro de Turismo Sostenible, donde expuso su visión y las lecciones que podrían asumirse.
A Nadal todavía le queda algo de tiempo en Venezuela. Posiblemente complete cinco años de gestión, pero ya está alistado entre los embajadores que se les recordará por su destacada labor y seguramente muchas de las vivencias en el país que lo recibió queden en su memoria.
Una despedida emotiva
Luego de seis años prestando servicios diplomáticos en Venezuela, el embajador Romain Nadal se despide de nuestro país.
Con un emotivo discurso, el francés recalcó que no quiere irse y que llevará siempre a los venezolanos en el corazón.
