La historiadora y doctora en Ciencias Sociales, Margarita López Maya, asegura que cualquier mecanismo que organice a la población y la reagrupe para luchar por un acuerdo político es positivo. Sin embargo, considera que la consulta que plantea la oposición, a través de la Asamblea Nacional, no tiene ese fin.
El pasado jueves 1 de octubre, los diputados aprobaron un acuerdo para promover una consulta popular para realizar elecciones libres, justas y verificables y rechazar el fraude de las elecciones parlamentarias que se realizarán el próximo 6 de diciembre, tal como lo estableció el directorio del Consejo Nacional Electoral.
Según el documento aprobado en sesión plenaria la consulta tendría dos preguntas:
Primera: ¿Apoya usted todos los mecanismos de presión nacional e internacional para que, en el marco de la Constitución, se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables, se ponga fin al régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros, se salvaguarde al pueblo de Venezuela de la crisis humanitaria, la migración forzosa y los crímenes de lesa humanidad, y así se garanticen la paz, el bienestar y el progreso de los venezolanos?
Segunda: ¿Rechaza usted el evento convocado por la dictadura de Nicolás Maduro Moros para el 6D, o para cualquier otra fecha, mientras no existan condiciones para elecciones libres, justas y verificables, y solicita a la comunidad internacional el desconocimiento de sus resultados?
-¿Puede una consulta popular lograr un acuerdo político para salir de la crisis?
-A la oposición principal le ha faltado esa iniciativa de tratar de organizar y cohesionar a la gente alrededor de la lucha hacia una salida democrática del país a través de un acuerdo político. Esa consulta, en particular, me parece que se hace para legitimar unas decisiones que ellos (el G4 ampliado) ya habían tomado. Ante el descontento que eso ha producido, porque no solamente ha habido descontento en organizaciones de la sociedad civil, que ha sido bastante notoria, y en la Iglesia católica, que también ha sido bastante notoria, y entre los empresarios, que se han dejado ver, y también dentro de los mismos partidos políticos y los partidos del G4, ahora quieren ver cómo vendérsela a la gente.
Esta consulta es una decisión tomada por una cúpula o por un grupito de dirigentes que viven en el exterior, con Leopoldo López, Julio Borges, Juan Guaidó y pocos más. Después que se toma esta decisión y se dieron cuenta que estaba produciendo mucho ruido y mucha incomodidad, se está tratando de hacer un proceso que parezca más participativo. Pero, en mi opinión, no terminan de escuchar. Ellos llaman a la participación, pero no terminan de escuchar, porque si escucharan yo creo que la principal demanda en este momento es la postergación de las elecciones parlamentarias.
-¿A su juicio, cuál sería el verdadero objetivo de la consulta de la oposición?
-Lo que sienten las organizaciones de la sociedad civil, la Iglesia católica, las organizaciones diversas y la ciudanía misma es que no están pendiente de eso, sino tratando de sobrevivir a tanta crisis sobre crisis. La consulta pareciese tratar de forzar a la población antes de las parlamentarias, a legitimar acciones que está tomando un grupo muy reducido de dirigentes políticos que no parecieran escuchar a la sociedad. Particularmente diríamos a nosotros, a los venezolanos de a pie que estamos en Venezuela. Aunque ellos buscan un baño de legitimidad con esta consulta, corren un grandísimo riesgo de que eso no resulte y lamentablemente no se logrará nada y el país continuará sumido en la crisis.
-¿En qué se diferencian la consulta popular con las elecciones parlamentarias?
-Cada vez más se parecen al chavismo. Se están tomando decisiones muy autoritariamente dentro de la oposición, es decir, una cúpula tomó la decisión de no ir a las parlamentarias y eso produjo la divergencia de Capriles, ya que tratando de expresarse -un grupo importante dentro de la oposición que no había sido consultado- se produjo esta ruptura. Las preguntas de la consulta son unas preguntas que se parecen a las del 2004 de Chávez, en donde las respuestas están en las preguntas; ¿qué preguntas son esas?
La oposición pide condiciones electorales, pero informa que va a hacer una consulta, pero no explica cómo la va hacer, dónde está el organismo rector que garantizará las condiciones mínimas para garantizar la voluntad popular, con cuáles máquinas se va a realizar esta consulta, con qué software, con qué convocatoria. Esto si puede hacerse sin condiciones mínimas, ¿pero las parlamentarias no?
-¿Prolongación legislativa a la vista?
-Están tratando de hacer esta consulta para poder en enero decir que van a una prolongación legislativa, usurpando las funciones de la elección que va a venir en diciembre y, sinceramente, esto es un escenario muy triste. Yo aplaudo que quieran movilizar a la gente, que hagan ciertos esfuerzos, pero son esfuerzos que no terminan de estar bien enfocados, porque la idea es tratar de llegar a un acuerdo político. Ese acuerdo político tiene que ser presionado dentro de unas condiciones reales, y las condiciones reales te dicen que tú, en este momento, no puedes salir de Maduro.
-¿En la actualidad, podría concretarse un cambio de gobierno en Venezuela?
-A nosotros nos ha faltado dirigencia opositora que hable con claridad o que ellos mismos reconozcan la realidad, porque la realidad es que, para bien o para mal, han sido derrotadas una y otra vez las estrategias que ellos han tenido. Incluso, uno puede hacer un análisis y decir que no necesariamente eran estrategias malas. No necesariamente la estrategia de 2019 era errada, pero lo cierto fue que por muchas razones ha fallado y hay que rectificar. El cese de la usurpación hoy en día no hay fuerza con qué hacerla. Se está dependiendo de una fuerza externa que es Estados Unidos, y sus autoridades han sido muy claras al señalar que no habrá una salida de fuerza para Venezuela. Además, están en un proceso electoral, puede venir un cambio de gobierno en Estados Unidos y no se puede depender de este país. La comunidad internacional también ha hecho una cantidad de iniciativas, ha puesto mucha presión sobre Maduro, pero no está ni remotamente cercano que él deponga el poder. Entonces se tiene que pensar en otra estrategia.
–¿Cuál sería esa estrategia?
-Se tiene que pensar en una estrategia a mediano y largo plazo, que tenga la prioridad de fortalecer las fuerzas internas, porque no podemos negar que se ha tenido una importante labor fuera de nuestras fronteras, fortaleciendo la imagen de la oposición, haciendo ver al mundo todas las violaciones de derechos humanos. Yo creo que en ese sentido se ha hecho una gran labor, pero la labor de adentro está por hacerse toda y en este momento de crisis lo primero que tiene que hacerse es acompañar a la población. Veo que Guaidó hace algunos esfuerzos, vimos como salió para apoyar a los maestros, también hicieron unos videos sobre las masivas manifestaciones que se han hecho en los últimos días. Eso hay que profundizarlo, pero ellos están pensando en una consulta que está muy mal hecha y que puede ser otro descalabro para la oposición, porque con el simple hecho de dar unos resultados que nadie podrá corrobora, ya eso deja mucho que pensar de esa consulta.
–¿Cuál sería el primer paso que debería tomar la oposición para cambiar de rumbo?
-El tema político es bastante difícil, para mí no es fácil. Sin embargo, uno a los políticos les da el diagnóstico y los políticos son los que deberían saber qué hacer. Yo me temo que es necesario esperar el descalabro de diciembre, para ver si es posible recuperarse, porque yo creo que la oposición va a quedar muy debilitada luego de las elecciones. El gobierno de Maduro va a quedar en posesión de la Asamblea Nacional y el juego será otro, y ojalá se pueda mantener la construcción de una fuerza democrática unitaria, pensando en una estrategia que tenga más sustento en la realidad nacional. Pienso que no hay mucho que hacer en estos momentos, sino esperar el descalabro, porque desafortunadamente la división, la improvisación, el inmediatismo, el tener todos los huevos en el nido de la comunidad internacional, esas consecuencias las vamos a ver en diciembre cuando se hagan las elecciones y Maduro y los nuevos diputados se declaren ganadores junto con un nuevo sistema de partidos opositores que entrarán a funcionar en la Asamblea Nacional. Esperemos que luego de esto haya la posibilidad de rectificar, de revisar, de tratar de trazar una estrategia interna nacional que nos permita en un futuro un cambio de gobierno y así poder salir de la crisis que nos aqueja a todos los venezolanos.