Acuerdo entre militares y Gobierno pone fin al motín en Costa de Marfil

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    Los militares amotinados y el Gobierno de Costa de Marfil alcanzaron hoy un acuerdo para el pago de las primas adeudadas a los soldados, lo que ha puesto fin a la sublevación armada iniciada en diferentes ciudades del país el pasado viernes.

    El ministro marfileño de Defensa, Alain Richard Donwahi, avanzó el pacto alcanzado con los exrebeldes que ayudaron al Gobierno a ganar la guerra civil y que fueron posteriormente integrados en el Ejército, a los que se les debía parte del salario acordado por su intervención en el conflicto desde 2011.

    Tras el anuncio, el ministro les exigió que liberaran las ciudades ocupadas y regresaran a sus cuarteles, lo que no hicieron hasta esta mañana.

    En las ciudades más afectadas (Baouké y Abiyán, entre ellas), las oficinas de la Administración Pública, grandes comercios y bancos permanecieron cerrados esta mañana local y solo abrieron pequeños negocios.

    El motín comenzó el pasado fin de semana, cuando una parte de los 8.400 excombatientes bloquearon el acceso a Bouaké, la segunda ciudad más importante del país, donde hirieron a una veintena de personas, levantaron barricadas y dispararon al aire, además de saquear vehículos.

    Las protestas se extendieron rápidamente a la capital económica, Abiyán, y posteriormente a Korhogo (norte), Man (oeste), Bondoukou (noreste) y Daloa (centro), donde los soldados secundaron la sublevación hasta ayer.

    Bouaké es la antigua capital de la rebelión contra el expresidente Laurent Gbagbo que acabó apoyando al actual mandatario, Alessane Ouattara.

    En enero, cuando se vivió una fuerte tensión, los militares y el Gobierno llegaron a un acuerdo para saldar la deuda pendiente desde 2011.

    Los amotinados habían exigido 12 millones de francos CFA (alrededor de 18.000 euros al cambio) para cada uno y el Gobierno procedió al pago de 5 y prometió el resto a partir de mayo.

    El pasado jueves, representantes de los exrebeldes anunciaron un nuevo acuerdo por el que pedían disculpas y renunciaban al resto de su demanda, lo que provocó un nuevo levantamiento entre quienes no estaban de acuerdo.

    Las protestas se remontan a noviembre de 2014 y en su origen se encuentran antiguos efectivos rebeldes, integrados en las fuerzas de seguridad nacionales tras el acuerdo de paz de Uagadugu, de 2007