El aumento de agresiones con arma blanca en el metro de Nueva York (7 personas han sufrido heridas de navaja en el último mes) ha hecho que los Ángeles Guardianes vuelvan a patrullar el suburbano de la ciudad.
Esta organización está formada por voluntarios desarmados que de manera altruista vigilan el metro con su distintiva chaqueta y boina roja para prevenir nuevos ataques.
Esta patrulla ciudadana, que recorre los cinco condados de la ciudad, nació en el Bronx en la violenta década de 1970 y está formada en su mayoría por hispanos.