Apresan a «El loquito de San Rafael» por tener sexo en lugar público

    0
    227

    Conocido dentro y fuera de Cuba como el chico que tuvo sexo en pleno boulevard habanero, Rafael Arnaldo Rodríguez Agramontes, de 24 años volvió a la cárcel luego de un año en libertad. 

    Su madre, Adelfis Agramontes Chala, describe que para bailar en público Rafael iba desde su casa en la calle Neptuno hasta el boulevard de San Rafael, donde lo conocen como «El loquito». Apodo que se debe a un diagnóstico psiquiátrico de esquizofrenia paranoide de base orgánica y psicosis maníaco-depresiva. De allí su obsesión diaria de bailar por el boulevard, lo que le propinaba regalos de dinero y cigarrillos.

    A los 18 años Rafael ingresó en la prisión de menores Ivanov, ubicada en el Cotorro. Con el tiempo, su historial carcelario paró en la prisión de Ariza en Cienfuegos, donde cumplió sanción por el delito de abuso lascivo. No recibió visitas familiares durante su encarcelamiento, la madre se encontraba en la Prisión Occidental de Mujeres, El Guatao, acusada de prostitución.

    Al salir de la cárcel cienfueguera Rafael perdió el rumbo, y se subió a un tren con destino a Santiago de Cuba. Deambuló por diferentes provincias hasta establecerse en Matanzas, donde bailar en público fue su mayor sustento.

    Su propia madre lo describe como un muchacho ‘desfasado sexual’. Hasta los sucesos del boulevard, Rafael nunca había realizado el coito. Sin embargo, sus antecedentes y el testimonio de su madre lo definen como un individuo con un apetito sexual incontrolable.

    Mientras guarda prisión en el Centro de Clasificación de Presos, conocido como el Vivac, Rafael espera a ser chequeado por especialistas del Instituto de Medicina Legal, quienes deben emitir un dictamen de su estado mental. La esperanza de la madre es que los resultados lo eximan de responsabilidad penal por los delitos de Desorden Público y Conducta Lasciva. Adelfis cuenta que Rafael ya se le ha insinuado a una de las instructoras policiales del caso y que hasta le bailó en su oficina. En esta ocasión sus espectadores estaban uniformados.