«Chávez era un portaaviones, Maduro es un submarino»

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    Tuve la oportunidad hace unos días de charlar con Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, la principal encuestadora venezolana. Los datos que maneja acerca de la intención de voto de los venezolanos de cara a los comicios del próximo 6 de diciembre son igualmente esperanzadores y aterradores.

    Comenzaré por las buenas noticias para los que creemos en la alternancia como base fundamental para el funcionamiento de un estado democrático. La diferencia porcentual entre  los candidatos de la oposición y los del oficialismo está entorno al 30 por ciento. Los sondeos apuntan a una gran derrota del chavismo pero es difícil hacer una proyección en el número de asambleístas debido al enrevesado sistema electoral venezolano, diseñado para favorecer al partido del poder.

    Según Datanálisis, las causas de este espectacular vuelco no hay que buscarlas tanto en las bondades y atractivo de los candidatos opositores como en la ineficacia del actual gobierno y su desastrosa gestión en el terreno económico que ha llevado al país a la cabeza de la clasificación mundial en inflación y ha condenado al pueblo a sufrir el desabastecimiento y las colas. Lo que se avecina, tras el análisis de Luis Vicente León es un masivo y contundente voto de castigo a Nicolás Maduro. En el PSUV son conscientes de que la marca Maduro está más que devaluada y por eso le han escondido en los carteles y los actos electorales. La popularidad del sucesor de Chávez está en un triste 21 por ciento. Para León, si la figura de Chávez era “un portaaviones” desde el punto de vista electoral, la de Maduro es “un submarino”.

    Cuando profundizamos en la comparativa entre Chávez y Maduro es cuando llegamos a conclusiones que en mi opinión generan incertidumbre a la ilusión de que el vuelco político en Venezuela sea posible. El dato que voy a revelar a continuación me dejó perplejo y he de reconocer que he tenido pesadillas desde que Luis Vicente León me lo contó. Siéntense, si están de pie y les importa el futuro de Venezuela. El índice de popularidad de Hugo Chávez después de muerto supera el 58 por ciento, según se desprende del trabajo de campo de Datanálisis.

    Puede que estemos ante la oportunidad histórica de que una mayoría opositora reconduzca la deriva institucional a la que el chavismo ha llevado al que fue uno de los países más prósperos de América Latina. Pero hay que ser realista y reconocer que nos encontramos ante una fractura entre dos mitades de la población y lo que es más grave, una de esas mitades sigue teniendo como referente al líder que terminó con la separación de poderes, aniquiló la libertad de expresión y sentó las bases para que la economía se fuera literalmente “al carajo”.

    No nos puede extrañar entonces que el PSUV intenté “chavetizar” las elecciones como apunta León. Y en todo caso es una estrategia criticables aunque legítima desde el punto de vista democrático. Lo preocupante es que ni la oposición ni la cruda realidad han podido curar la ceguera de una parte importante de los venezolanos que siguen recordando a Chávez como el gobernante ideal.