Las fuerzas de seguridad españolas localizaron este miércoles el cuerpo sin vida de la esquiadora Blanca Fernández Ochoa, desaparecida desde el pasado 23 de agosto. A última hora de la tarde en Europa, ningún pariente había identificado el cuerpo, aunque su cuñado y portavoz de la familia, Adrián Federighi, destaca que «todos los indicios apuntan a que sí será».
El encargado de localizar sus restos ha sido un suboficial del Servicio Cinológico de la Guardia Civil que estaba fuera de servicio y que inspeccionaba voluntariamente con su perro de rastreo la zona en la frontera entre Madrid y Segovia donde un testigo aseguró haberla visto.
Según el primer examen visual realizado por los investigadores, la medallista olímpica llevaría más de una semana muerta y presentaba un fuerte golpe en la cabeza, si bien fuentes de la investigación remiten a la autopsia para conocer más detalles.