En defensa de Edgar Ramírez

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El título de esta columna es una simple provocación porque obviamente Edgar Ramírez no necesita que lo defienda ni yo ni nadie. Su talento, trayectoria y trabajo es su mayor defensa. Sin embargo, aprovecho la polémica que ha surgido, en Venezuela y Miami, por su participación en la película La Red avispa, de la que ya escribí en columnas pasadas, para hablar de lo importante que es entender el rol  de un actor (o actriz) y su relación con las obras en que participa.

¿Realmente un actor está obligado a elegir películas cuya moral estén de acorde con la propia? Creo que no y trataré de explicarlo.

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En los últimos meses he escuchado un sinfín de ofensas contra el actor venezolano Edgar Ramírez, aduciendo que no debió aceptar su rol en la ya mencionada película por razones éticas. Sin entrar en detalles sobre ese largometraje (¿para qué llover sobre mojado?)  me atreveré a explicar la que para mí es la única obligación ética de un buen actor: ser verosímil en su interpretación.

Un actor cuenta historias ajenas usando su cuerpo, no habla de sí mismo. Representa personajes, por ende no es obligatorio elegir sus papeles pensando si son morales o inmorales. Un actor o actriz debe ser en pantalla de todo menos ellos mismos. No están obligados a dejar de aceptar un rol porque las acciones del mismo no se asemejen a las suyas en el mundo real.

De ser así Al Pacino jamás habría interpretado a Michael Corleone,  el  mafioso que ya es un clásico. Muchísimo menos Anthony Hopkins habría podido aceptar el rol de Hannibal Lecter, un sociópata y criminal. Tampoco Marlon Brando a Don Corleone y tantos otros personajes conflictivos como el que realizó en Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola.

Brando, por cierto, solía decir sobre la actuación lo siguiente: “actuar es sobrevivir. Mentir para ganarse la vida, eso es la actuación». Esta frase pertenece a  Listen to Me Marlon, un documental de 2015. Mentir, fingir, son sinónimos de actuar para este icono del cine.

Si actuar es utilizar la propia piel para una mentira ¿por qué alguna gente parece tan ofendida por el trabajo de Edgar Ramírez en La Red avispa? Muchos se lo han tomando como si su personaje fuese él mismo o como si representarlo  lo hace responsable de  sus acciones.

La labor del actor es una: actuar. Podría no elegir participar en trabajos que le resulten desagradables o que sean contrarios a su ética personal. Sin embargo,  también podría elegir hacerlos. Podría representar incluso un reto.

Además  las  motivaciones de los actores son peculiares. De hecho, Al Pacino refirió hace un año que le gustaba hacer películas mediocres para tratar de hacerlas mejores: «estoy empezando a querer hacer películas que realmente no son muy buenas e intentar hacerlas mejores. Y eso se ha convertido en mi desafío» comentó.

No conozco las razones por las cuáles Edgar Ramírez eligió hacer este papel que tanto polvo levantó, pero no creo que el haberlo hecho lo convierta en una mala persona. Por el contrario, lo ayuda a  seguir siendo lo que es:  un buen actor.

 

Luisa Ugueto Liendo

@luisauguetol

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