Decenas de miles de manifestantes salieron este sábado a la calle en Francia para protestar por sexto sábado consecutivo contra la necesidad de tener el certificado sanitario para buena parte de las actividades de la vida social, percibida en la práctica como una obligación de vacunarse contra la COVID-19.
En Montpellier, donde la Prefectura cifró la participación en 9.500 personas, se produjeron incidentes entre manifestantes de extrema derecha y de extrema izquierda que en ese caso habían coincidido en un único cortejo.
En París hubo cuatro manifestaciones y la más numerosa, como en las semanas precedentes, fue la organizada por Florian Philippot, antiguo brazo derecho de la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, que después de salirse de su partido creó un movimiento nacionalista disidente, Los Patriotas.
Philippot se mostró convencido de que la protesta de este sábado era «una demostración de fuerza».
Por otra parte, una de las asistentes, que trabaja en funciones administrativas en un hospital y que dijo no estar vacunada porque considera que las que se han desarrollado contra la COVID-19 no están suficientemente probadas, justificó la protesta porque a su parecer «el certificado sanitario es un atentado contra la libertad».
La mujer denunció que «se nos está haciendo terrorismo sanitario» y que se han magnificado las consecuencias de la pandemia. Contó que duda mucho de todas las estadísticas que enseñan en la televisión sobre los ensayos.
De hecho, aun siendo minoritarias en los cortejos, las tesis conspiracionistas volvieron a estar presentes este sábado, con pancartas como una en la que se culpaba a la campaña de vacunación de 982 muertes en Francia.
Fuente: diariodesevilla