La travesía mexicana de los refugiados cubanos

    0
    203

    La negación de Nicaragua a permitir el tránsito a cubanos ha causado una crisis marcada por el retiro de Costa Rica del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), tras la negativa de este a tratar el tema de los más de seis mil isleños en tránsito que se encuentran varados en territorio costarricense. Lo que no ha logrado el cierre de frontera es impedir que los migrantes sigan su camino, como se puede atestiguar por el pequeño pero representativo número de ellos que noche tras noche cruzan el río Suchiate entre Guatemala y México, su penúltima frontera tras emprender el viaje hace más de un mes desde Ecuador.

    Resulta difícil dar con los cautelosos caminantes, a diferencia de guatemaltecos u hondureños que usan las balsas improvisadas a cualquier hora del día, los cubanos cruzan el río a primerísima hora de la madrugada, “Han venido varios a buscar a los cubanos cuando se supo que los tenían agarrados, pero no los encuentran porque ellos ni se detienen aquí”, cuenta un balsero mientras navega su improvisada embarcación de cámaras de llanta, una de las maneras más comunes de llegar a México desde Guatemala. Los cubanos vienen normalmente en grupo y se dirigen inmediatamente a las oficinas de migración de Tapachula, Chiapas, donde tramitan un permiso de tránsito para llegar a la frontera norte. 

    Aunque hay casi seis mil cubanos refugiados en Costa Rica, y aproximadamente dos mil en tránsito por Panamá, el cierre de la frontera de Nicaragua no es definitivo para algunos: “Yo no hice más que caminar 800 metros y meterme a la selva” dice un ingeniero que se niega a identificarse o ser entrevistado. La travesía de la selva no es exclusiva de este grupo proveniente de Cienfuegos, los dos días vagando por el matorral nicaragüense en búsqueda de transporte hasta la siguiente frontera es la travesía común de todos los que huyendo de la isla caribeña tuvieron que huir de nuevo de los campos de refugiados, “Y como siga el bloqueo ese de Nicaragua, (Costa Rica) se va a vaciar poco a poco, porque la gente lo que quiere es llegar al norte” comenta Jorge, un licenciado en deporte que ya ha trabajado fuera de la isla.

    Quienes integran este grupo son en su mayoría jóvenes, con preparación profesional y muchas ganas de llegar a la frontera, muchos de ellos no tienen familia ni conocidos en Estados Unidos pero confían en su habilidad y determinación para abrirse camino laboralmente. Entre ellos, evalúan sus posibilidades ahora que se sienten a un paso de pisar suelo americano: “a Miami no, el que va a Miami no aprende inglés, hay que llegar a otra ciudad para después poder irte a donde quieras” recomienda uno, otro afirma que su meta es Las Vegas, confiado en aprovechar su experiencia en el sector turístico, otro, más tradicional afirma antes de ser llamado a comenzar su trámite “Yo salí buscando libertad, ¡y reunirme con mi papá!”

    Los viajeros han estado desconectados por un mes de las noticias actuales  y se congratulan de escuchar acerca de los resultados de las elecciones en Venezuela:  “eso no va más”, al referirse a las limitaciones a las que el pueblo venezolano ha estado expuesto  “yo me enteré que a las 4 de la mañana tenían que formarse para hacer un mercado, si tienes eso y haces elecciones, obvio que te votan en contra”, comenta otro. 

    Ante la falta de oportunidades que los gobiernos centroamericanos dan al tránsito de los miles de cubanos varados, otra elección reciente parece darles cierta esperanza con la toma de protesta de Jimmy Morales el 14 de enero. El nuevo presidente guatemalteco podría adoptar una postura diferente y otorgar un pasaje humanitario para los refugiados en Costa Rica y Panamá, los últimos ahora que Ecuador ha decidido no recibir más viajeros de la isla y Costa Rica cesó los visados ante la emergencia de refugiados en su territorio.