Las ranas más caras del mundo se crían en Ecuador

    0
    202

    Este espacio es el lugar de trabajo de tres entidades ligadas entre sí: la Fundación Otonga, que trabaja por la conservación de la biodevirsidad en Ecuador, el centro científico Jambatu, mismo que investiga a los anfibios del Ecuador para su conservación, y finalmente la empresa Wikiri que se dedica al biocomercio de sapos y ranas.

    En lo que respecta a esta actividad económica, Wikiri declara destacarse a nivel mundial por mantener una estricta política ética de comercio de especies, es decir, los animales que se destinan al mercado son criados con ese fin específico, considerando todos los aspectos relacionados a la conservación de estas especies.

    Su vocera, María Dolores Guarderas, explica que existen mercados de especies provenientes de otros países que no transparentan sus prácticas de crianza y que muy posiblemente estén recurriendo a la caza indiscriminada de anfibios, poniendo así en riesgo la conservación de estos animales.

    Sus clientes principales son internacionales, exportan animales a Estados Unidos, Japón y Europa, donde el mercado de mascotas de anfibios es alto. El cuidado de estos animales puede compararse con el de los peces de acuario, ya que en este caso se usan terrarios: contenedores donde se reproduce las condiciones ambientales necesarias para la supervivencia del anfibio. En lo que respecta a la alimentación, se necesitan insectos específicos para cada especie de rana. No cualquier insecto es apto para la alimentación de estos pequeños animales.

    Wikiri, en conjunto con el Centro Jambatu y la Fundación Otonga, están preparando el espacio de sus granjas y laboratorios para abrirlos al público en el futuro. De esta manera buscan aumentar los ingresos para continuar en su labor de conservación, además de crear un nuevo espacio de difusión educativa sobre la enorme diversidad de anfibios que existe en Ecuador.