La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la OEA, ordenó al gobierno de Colombia adoptar de manera inmediata las medidas que sean necesarias para detener las muertes por hambre y sed de los niños de la etnia Wayúu, situada en el departamento desértico de La Guajira, en el extremo norte del país.
En los últimos años han muerto más de 5 mil niños de inanición y 37 mil sufren de desnutrición. Parte de este problema radica en que los indígenas no tienen acceso al agua para el consumo humano porque el único río que posee la región fue secado y su agua represada para la explotación del carbón y la ganadería.
Además, los indígenas no pueden acceder al sistema de salud pública y a los programas de alimentación porque el Gobierno los abandonó. Ello ocurre en una región rica por las regalías que deja la minería.
Desde Colombia, las medidas fueron solicitadas por el líder Wayúu, Javier Rojas Uriana, y la abogada Carolina Sáchica. El documental El río que se robaron del periodista Gonzalo Guillén fue la prueba principal ante este tribunal internacional.
Guillén dijo a HISPANOPOST que estas medidas cautelares son un hito muy importante en América Latina, no solamente en Colombia, porque es la primera vez que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos toma disposiciones de esta naturaleza en favor de una minoría étnica.
Colombia deberá informar periódicamente a la CIDH sobre el avance de la estrategia que debe adoptar de inmediato para detener el exterminio de los Wayúu. Así mismo, los indígenas fueron invitados a continuar informando a la Comisión acerca de los atropellos y muertes de niños.
Las disposiciones de la CIDH son de obligatorio cumplimiento, pues ese organismo está incorporado al sistema judicial colombiano por medio de un tratado internacional.
