Piquete de «alta alcurnia» en la élite de Buenos Aires

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    El barrio porteño de Belgrano, al norte de la ciudad de Buenos Aires, es uno de los más característicos de la Argentina. Rodeado de embajadas, construcciones de principios de siglo XX y hasta el mítico estadio del famoso River Plate, son algunos de los factores que lo han convertido en el lugar elegido por figuras de la política, el espectáculo y el empresariado, para ver crecer a su familia.

    La esquina de Juramento y Conesa, forman parte de la historia antes mencionada, el edificio emplazado en esa intersección, fue construido a principios de 1900 para que algunos años después se constituyera como el primer colegio de educación privada y mixta de la ciudad: el Belgrano Day School.

    John Ernest Green fue quien le dio forma a la antigua idea de consolidarse como padre de una educación de excelencia, profesor de inglés y siempre vinculado a los inmigrantes británicos que arribaban al país en aquel entonces, transformó al colegio en una vigorosa institución, con antecedentes intachables en la formación de hijos, nietos y bisnietos de las familias más acomodadas del país, hoy es noticia por una medida de fuerza insólita, impulsada por los herederos del mismísimo Green.

    Luego del fallecimiento de Jhon Ernest, en el año 2003, la puja económica entre la última pareja de Green, Matilde Villanueva y los nietos del fundador, tuvo ribetes dignos de una serie de televisión; diseminados por diferentes partes del mundo, de Londres a Canadá de Distrito Federal a los Estados Unidos, los herederos de John, pelearon a la distancia por la herencia que, según ellos, les corresponde y les está siendo arrebatada.

    El edificio antes descrito, 14 departamentos, 10 cocheras, dos campos de deportes y la explotación comercial del Belgrano Day School, son algunos de los bienes que reclaman y que superarían los 300 millones de dólares; claro que lo llamativo no es el monto sino la medida de fuerza elegida para llamar la atención de los medios y, principalmente, la de la justicia argentina que hace 14 años les dio la espalda.

    Una carpa improvisada, pancartas algo desprolijas, reposeras y hasta una computadora Mac, forman parte de la intervención «familiar» en la entrada principal del colegio, responsabilizando de manera directa a la última esposa de Jhon Green, hermanos y nietos de los herederos, prometen permanecer en el lugar hasta encontrar la solución al problema, bajo la metodología del «piquete aristocrático».

    HispanoPost dialogó con Ione Green, uno de los nietos del fundador, actualmente radicado en México, dice haber venido al país en busca de lo que le corresponde «Matilde utiliza la distancia de los herederos para privarlos de sus derechos es por eso que decidimos retornar al país para buscar justicia».

    En un 2017 plagado de manifestaciones de todo tipo y con un Buenos Aires llamado  a ser «capital nacional del piquete», el acomodado Belgrano no podía ser la excepción y las escalinatas del colegio más caro de la zona el escenario elegido.