El magnate y presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, es una fábrica de escándalos. A su altisonante verbo y controversiales anuncios se suma una nueva polémica que enloda su imagen a pocos días de asumir la jefatura del Estado: el gobierno ruso tendría delicada información personal y comercial.
Según la cadena internacional CNN, el empresario fue espiado por orden expresa del presidente Vladimir Putin. Un escándalo sexual comprometería la reputación de Trump, quien se hospedó en el mismo hotel y habitación que su predecesor Barack Obama. Ante esto, el exdueño de la organización Miss Universo habría contratado prostitutas que practicaron una lluvia dorada que consistió en orinarse encima de él.
La información fue compilada y desclasificada por agentes de seguridad estadounidenses en una minuta de dos páginas. Participaron en la redacción el director nacional de Inteligencia, James Clapper; el director del FBI, James Comey; el director de la CIA, John Brennan, y el director de la Agencia Nacional de Seguridad, Mike Rogers.
Tanto Obama como Trump fueron notificados de este caso y expresaron su preocupación ante la repercusión que tendría para la seguridad de la nación que Rusia manejara datos privados de quien llevará los destinos del país en los próximos cuatro años.
Trump respondió a través de su cuenta de Twitter y sin agregar mayores explicaciones solo se limitó a escribir que la noticia es falsa y se trataría de una cacería de brujas. En la misma línea se ubicó el Kremlin.
El portavoz ruso Dimitri Peskov salió al paso al escándalo de chantaje y espionaje. Agregó que hay factores interesados en perjudicar las relaciones bilaterales. Aseveró que grupos intentan generar histeria con la difusión del informe.
Los vínculos entre Trump y los agentes rusos son de vieja data. Al parecer, en 2016, el entonces candidato presidencial habría sostenido un intercambio de información con Moscú. Si bien solo se divulgaron contenidos sobre Hillary Clinton, los delegados de Putin se habrían reservado todo lo relacionado con el ahora mandatario electo.
Entre versiones y desmentidos, la historia acapara la atención del mundo. Trump, un adicto al centimetraje y minutos en televisión, está a punto de escribir un nuevo capítulo en su vida. Dependerá de sus decisiones para salir airoso de este bochornoso evento
