Un resfriado dejó sin la tradicional misa de Navidad a Isabel II de Inglaterra. Es la primera vez en décadas que no asiste.
El Palacio de Buckingham comunicó que la monarca ha decidido quedarse en casa para acabar de recuperarse, aunque el catarro no le impidió las celebraciones navideñas con su familia.
El resfriado hizo que la reina, de 90 años, y su esposo, el duque de Edimburgo, de 95, retrasaran, del miércoles al jueves, su llegada a su residencia en Sandringham, donde suelen pasar las Navidades.
Esta misma semana, el Palacio de Buckingham anunció que Isabel II va a reducir en breve su agenda. Antes de cumplir los 91, el próximo 21 de abril, dejará de presidir una veintena de organizaciones benéficas, informó Euronews.
