A 400 kilómetros al este de la capital zimbabuense de Harare, en la remota aldea de Kagosa, vive Ronica Kembo, madre de Chisina y Nhamo.
Los tres sufren una rara dolencia hereditaria que provoca el espesamiento de la piel, produciendo dolorosas callosidades en las extremidades.
Deben arrastrarse para llegar a sus destinos, pues la callosidad en sus extremidades y el roce con el suelo les causa profundo dolor.