Brote de fiebre amarilla enciende alarmas y desata el pánico en Brasil

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    Mientras las autoridades llaman a la tranquilidad, los brasileños abarrotan los centros sanitarios para conseguir una vacuna contra la fiebre amarilla, que se ha cobrado decenas de muertos en las últimas semanas y que azota, entre otras ciudades, a Río de Janeiro en vísperas de su popular carnaval.

    Pese a que la fiebre amarilla asalta a Brasil cada año, es difícil saber con exactitud cuántas víctimas ha dejado la enfermedad en 2018 porque las cifras de las distintas administraciones regionales se refieren a diferentes periodos, pero cálculos conservadores apuntan a unos 25 muertos desde finales de diciembre.

    El Ministerio de Salud reconoció esta semana 20 óbitos de entre 35 casos confirmados en todo Brasil desde julio de 2017 hasta el 14 de enero de 2018.

    Los estados más afectados, en el sureste del país, son Sao Paulo (11 muertos), Río de Janeiro (5), Minas Gerais, que ha contabilizado 15 víctimas desde julio del año pasado.

    Entre las víctimas, al menos dos ancianos han muerto por una reacción negativa a la vacuna.

    Los familiares de una de ellos aseguran que, aunque las autoridades sanitarias recomiendan que los mayores de 60 años no se apliquen la vacuna, nadie le preguntó su edad cuando acudió al centro de vacunación.

    El Ministerio de Salud se niega a hablar de un nuevo brote y asegura que tiene vacunas para inmunizar a toda la población, pero la decisión de fraccionar la medicación para que rinda más y las informaciones sobre los fallecimientos han provocado que los brasileños acudan en masa a los centros de vacunación.

    En las ciudades más afectadas, como en algunas áreas de Sao Paulo o Río, los pacientes aguardan incluso una noche entera haciendo cola en la calle para conseguir la vacuna y las críticas por la gestión del problema se multiplican.

    En algunas zonas, como Mairiporán, en los alrededores de Sao Paulo, la demanda se multiplica porque se ha corrido la voz de que los centros de vacunación tienen dosis de sobra y las autoridades sanitarias han tenido que advertir de que la medicación está destinada exclusivamente a la población local.

    Los nuevos casos de fiebre amarilla son del tipo silvestre, transmitida por las especies de mosquito Haemagogus y Sabethes, presentes en zonas boscosas.

    En cuanto a la del tipo urbano, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el vector del dengue, el zika y el chikunguña, no se tienen casos en Brasil desde 1942.

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