Estados Unidos dio una respuesta drástica a los ataques que han sufrido al menos 21 de sus funcionarios en Cuba, al ordenar la retirada de la mayoría de su personal en la isla, pedir a los estadounidenses que no viajen allí y suspender la emisión de visados desde su embajada en La Habana.
Tras dos meses de misteriosas informaciones sobre incidentes que causaron síntomas auditivos a diplomáticos estadounidenses en la isla, y pese a no tener claro quién es el responsable de los hechos, el Departamento de Estado tomó medidas que prometen minimizar los viajes de los estadounidenses a Cuba, y de los cubanos a EE UU.
«Hasta que el Gobierno de Cuba pueda garantizar la seguridad de nuestros diplomáticos, nuestra embajada quedará reducida a personal de emergencia, para minimizar el número de ellos que se arriesgan a quedar expuestos a posibles ataques, dijo el secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, en un comunicado.
En una alerta de viaje, el Departamento de Estado aconsejó a sus ciudadanos no viajar a Cuba y ordenó la retirada del personal no esencial de su embajada en La Habana debido a los ataques específicos dirigidos contra diplomáticos estadounidenses, que han provocado «heridas significativas» al menos a 21 de ellos.
«Los funcionarios han experimentado síntomas como problemas en el oído y pérdida de audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir», indica la alerta.