Hugo Chávez echó para atrás la privatización de la distribución de combustibles al consumidor final -que se instauró a finales de la década de 1980- y estatizó ese segmento del mercado interno de derivados de hidrocarburos.
Hoy, la administración de Nicolás Maduro promete al sector privado que puede importar y distribuir gasolina, pero esa posibilidad luce muy lejana debido a las enormes inversiones que involucra esa actividad, aseguraron fuentes del sector petrolero que pidieron no mencionar sus nombres.
«Importar combustible por barco a Venezuela es engorroso, porque los privados enfrentan las sanciones de Estados Unidos contra el régimen de Maduro y Petróleos de Venezuela (Pdvsa), pues las compañías suplidoras internacionales temen a las consecuencias de desacatar la orden de Washington», refirió uno de los consultados. Agregó que la compra del combustible a países amigos de Maduro como Irán también es poco viable porque esos gobiernos prefieren la negociación Estado a Estado por razones políticas.
Otra interrogante para el privado es donde almacenará o como distribuirá el combustible, ya que la legislación venezolana vigente deja todo el mercado interno en manos del Estado y hay vacíos jurídicos sobre el tipo de contrato a suscribir.
«Si la importación de gasolina se hace por tierra, el combustible tiene que venir de Colombia o Brasil, pero eso es igualmente es costoso. Por ejemplo, el precio al mayor en Colombia es de 0,40 dólares el litro y a eso hay que sumar el gasto de transporte y los fletes que aumentan de acuerdo con la distancia. De funcionar esta fórmula y para ahorrar costos, el privado tendría que expender el carburante en poblaciones fronterizas de Zulia, Táchira o Bolívar», explicó uno de los informantes.
Precisó que los empresarios interesados en incursionar en el mercado interno se inclinan más en este momento hacia las estaciones de servicio premium que venden la gasolina a 0,50 dólares el litro, debido a que ofrecen posibilidades de negocios muy lucrativos en el mismo espacio como bodegones, cafeterías u otras tiendas y en lo que la venta de combustible es el gancho. «En todo el mundo, las ganancias de las gasolineras no están en el suministro de gasolina, sino en los negocios anexos», dijo.
Volviendo a la inversión por los privados para importar gasolina, un consultado explicó que adquirir un sistema de distribución de gasolina implica varias decenas de millones de dólares por concepto de estaciones de llenado y tanques de almacenamiento a granel, además de gandolas y los surtidores para la venta al conductor final.
Es por ello que resulta más rentable comprarle la gasolina a Pdvsa y que ella se encargue del almacenamiento y transporte, lo cual por ahora representa para los privados un ahorro de costos y menos desembolso de inversión.
Las fuentes indicaron que los empresarios apuestan a que Pdvsa ponga pronto en funcionamiento las refinerías nacionales y que la gasolina se produzca en Venezuela.
Por otra parte, las fuentes señalaron que ha mejorado la fluidez de despacho de combustible en las colas de vehículos ante las estaciones de servicio, fundamentalmente las premium, ya que estas reciben más volúmenes de suministro del carburante.
«Otra medida que ayuda es que las bombas estén abiertas 24 horas. Sin embargo, es imprescindible que haya suficientes inventarios del carburante sea con importaciones o refinación nacional, pues se agota la gasolina traída de Irán «, sostuvo uno de los consultados.
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