La propuesta de estatizar los trenes británicos ha desatado una polémica en el país, en la que no ha dudado en intervenir el magnate Richard Branson, propietario del gigante Virgin y quien posee algunas vías.
Según Euronews, la controversia se inició el pasado 11 de agosto cuando el líder del opositor Partido Laborista, Michael Corbyn, difundió a través de sus redes sociales una imagen en la que se le veía sentado en el piso de un tren, junto a un mensaje donde aseguró que tuvo que viajar así desde Londres hacia Newcastle, porque en el vagón no había un solo asiento disponible.
Branson, propietario de la línea, negó el señalamiento y el desmentido hizo que Corbyn amenazara con estatizar los trenes privados en caso de llegar al 10 de Downing Street.