El Centro para el Desarrollo Económico (Equilibrium CenDE), en su segunda encuesta anual EquiExpress N°2 sobre el perfil de la juventud venezolana, también midió la situación socioeconómica de los jóvenes venezolanos, entre 18 y 29 años de edad. Entre los resultados más resaltantes que se trata de grupo etario activo con menor nivel de empleabilidad.
La primera encuesta fue realizada en febrero y fue respondida por 1.437 personas, de las cuales 557 eran jóvenes entre 18 y 29 años (38,7%). La segunda fue ejecutada en abril y obtuvo la respuesta de 1.580 personas, 608 de ellos jóvenes de 18 a 29 años (38,5%).
Carlos Guerrero, investigador del Equilibrium CenDE, dijo que dentro de su línea de estudio buscan entender a la juventud de forma integral. “Un primer hallazgo que tuvimos es que si comparamos la situación de empleabilidad de los jóvenes entre 18 y 29 años, con el resto de segmentos mayores a ellos, los jóvenes son dentro de la población económicamente activa el grupo etario que tiene menor nivel de empleabilidad”, recalcó.
Detalló que 62% de los jóvenes se encuentra actualmente trabajando, pero si se compara con el segmento siguiente, que es de 30 a 39 años, 78% de estas personas se encuentra trabajando y en el segmento de 40 a 60 años, 68% está tambiénlaborando.
Indicó que si ese mismo segmento de los jóvenes se reduce a una edad máxima de 24 años, la situación empeora: “Cuando ponemos la lupa dentro de este mismo grupo etario y vemos de 18 a 24 nos encontramos con que la situación es más grave aún, porque apenas 54% de los jóvenes se encuentra con empleo. El primer hallazgo que conseguimos al respecto es que los jóvenes están enfrentando una dificultad significativa para insertarse en el mercado laboral”.
Pese a que la situación es compleja, el investigador dijo que “afortunadamente no existe una brecha muy grande de empleabilidad entre los hombres y las mujeres”. Según el estudio, 64% de los hombres y 58% de las mujeres entre 18 y 29 años cuentan con un empleo en Venezuela. También refleja que la intención de buscar empleo es un poco mayor en los hombres con 10% y 9% para las mujeres.
No obstante, en el cuadro de quienes estudian y trabajan al mismo tiempo, las mujeres llevan la delantera con 29%, en comparación a 25% de los hombres que hacen ambas actividades.Otro dato es que 47% de los hombres solo trabaja y, en el caso de las mujeres, es 37%.
Situación del empleado
El estudio reflejó, además, que 54% de los jóvenes venezolanos está empleado por el sector privado y 18% por el sector público. Asimismo, 14% de los jóvenes está dedicado a la economía informal y otro 13% posee su propio emprendimiento.
“Encontramos que los jóvenes son el segmento etario que menos está involucrado en el sector público, pero que más está involucrado en el sector privado. Esto es bastante importante cuando hacemos la comparación con otros segmentos, porque vemos que en la medida que pasa el tiempo la gente cada vez se involucra menos en el sector público», indicó.
Guerrero aseguró que «para nadie es secreto la grave crisis que ha vivido Venezuela en los últimos años. Sabemos que en los tiempos de bonanza el Estado crecía en su tamaño, pero cuando inicia la crisis esa situación se revierte y el Estado pierde su capacidad de pago y contratación”.
Cuando se detalla cuáles son los empleos que albergan mayor cantidad de jóvenes, apuntó que las principales ocupaciones están relacionadas con las ventas, servicios, comercios.
«29% de los jóvenes están involucrados en los trabajos relacionados a ventas y comercios, mientras que 26% está empleado como personal de apoyo administrativo, que en alguna medida puede estar relacionado con las actividades comerciales. Finalmente, solo 1% de la juventud está involucrada en los trabajos agropecuarios y 4% relacionado al ámbito industrial”, añadió.
Aseveró que el hecho de que solo 5% de la población juvenil venezolana esté dedicada a la actividad agropecuaria y a la industria, está relacionado a la situación económica por la que atraviesa el país.
“Hay pocas industrias, hay poca actividad agropecuaria y no existen muchas posibilidades de absorción laboral para los jóvenes en estas áreas. Además, los jóvenes son los que menor nivel de contratación tiene, apenas 31% de los jóvenes tiene contrato formal por tiempo indefinido y 15% tiene un contrato temporal”, comentó.
Dijo que si se evalúa «cuáles son las condiciones de contratación actualmente, vemos que los contratos laborales no están ofreciendo muchas garantías. Hay bastante informalidad dentro de los trabajos de los jóvenes, por lo que también quisimos evaluar la moneda de pago para ellos y encontramos que son el segmento etario que más está cobrando su salario en dólares o de forma mixta. De todos los rangos etarios esta es una de las primeras cifras que favorecen a la juventud, son los que menos cobran en bolívares (54%), más cobran en dólares (24%) y de forma mixta (20%)”.
Guerrero añadió que los jóvenes “no son el segmento etario venezolano que peor la está pasando económicamente. Así como la mayoría del país, 54% de los jóvenes está cobrando un salario bajo, que está en el rango entre los 25 y 100 dólares. Pero los jóvenes son los que encabezan la lista de salarios medio bajos (33%), entre los 101 y 200 dólares, y los salarios medio (12%), que va de los 201 a los 350 dólares. Vemos que aunque no son salarios demasiado grandes, al menos los jóvenes se han podido adaptar mejor a la situación de crisis en el país”.
Puntualizó que pese a las dificultades de empleabilidad y formalidad laboral de los jóvenes, este grupo etario no se encuentra tan mal en comparación a los demás segmentos de la población venezolana, y esto podría tener que ver con el hecho de que son los que mayormente están vinculados al sector privado y por su forma de cobrar en dólares o de forma mixta.
Pocas opciones de entretenimiento
Cuando se trata de estudiar la situación y estabilidad socioeconómica de un grupo de la población, en especial de los jóvenes, es importante también estudiar cómo se desenvuelven en la sociedad, qué hacen para entretenerse, cuánto gastan y a qué dedican su tiempo libre.
Guerrero afirmó que las actividades que generan un menor gasto son las que principalmente desarrollan los jóvenes venezolanos. “La forma en la que ejercen su ocio es, principalmente, a través de la visita a parques y plazas públicas (50%), visita a restaurantes (32%) y 26% de los jóvenes hacen actividades como juegos de mesa o de salón. Por ejemplo, cartas, ajedrez, dominó, entre otros. Esto nos dice que los jóvenes están orientando su tiempo de ocio hacia actividades de muy bajo o nulo costo”.
Explicó que, aunque comer en restaurantes es la única de las tres actividades que acarrea algún tipo de gasto, en la pregunta acerca de la frecuencia con que realizan dichas actividades: “encontramos que la visita a los gimnasios, que están como cuarta opción de entretenimiento para los jóvenes, las realizan con mayor frecuencia (13%); mientras que las visitas a parques y plazas públicas solo 5% dijo que va diariamente, siendo 42% aquellos que van ocasionalmente. Y solo 1% de los jóvenes va diariamente a un restaurante y 47% lo visita ocasionalmente”.
Aclaró que no todo el mundo va a un gimnasio, pero los que sí asisten lo hacen de forma constante y disciplinada, eso implica que lo hagan a diario o interdiario. «Encontramos de que, a pesar de que los jóvenes tratan de entretenerse constantemente, no hay muchas opciones para ello, y por eso lo hacen de forma ocasional o buscan opciones que tengan poco costo. Y eso tiene sentido porque, aunque no son los que peor ganan, su salario tampoco da para grandes lujos, sino que tienen que rendir el dinero”.
A juicio del investigador, este estudio reflejó que algunos de los desafíos que posee el Estado venezolano frente a su población juvenil es que “tiene que generar oportunidades de empleo para que más jóvenes se puedan incorporar al mercado laboral».
Advirtió que «otra dificultad que se les presenta para su independización es que, aunque ellos no son los que peor están ganando, muchos se han vuelto cabeza de hogar porque las personas de la tercera edad no están generando lo necesario para sobrevivir, lo que obliga a estos jóvenes a convertirse en sostén de sus hogares, pese a que devengan un salario modesto”.