El Ministerio de Energía Eléctrica anunció recientemente que profundiza el trabajo del cierre de granjas de minería de criptomonedas como consecuencia del alto impacto de esa actividad sobre la demanda eléctrica nacional.
En ese sentido, trabajadores y sindicalistas del sector eléctrico que solicitaron guardar sus nombres en reserva consideraron «tardía» la medida del Ejecutivo, sobre todo, porque ellos vienen denunciando desde hace años la situación del alto consumo de las granjas.
«La cripto minería absorbe a la demanda nacional de electricidad más un millar de megavatios. Los trabajadores y sindicatos vienen reportando esa anomalía que ocasiona mayores penurias a los usuarios del servicio eléctrico», sostuvo un consultado.
Recordó que las granjas autorizadas por la Superintendencia Nacional de Criptoactivos quedaron cesantes luego de la intervención de la Sunacrip por parte del Ejecutivo debido a que funcionarios de ese organismo estuvieran involucrados en la trama de corrupción Pdvsa-Cripto, la cual estalló en marzo de 2023.
No obstante, un sindicalista reveló que «las granjas no solo persistieron, sino que se proliferaron, algunas amparadas y/o manejadas por las mafias».
Desequilibrio eléctrico
El Ministerio de Energía Eléctrica informó que el jueves 16 de mayo que fueron desconectadas 2.000 máquinas cripto en Maracay, estado Aragua. Por su parte, el gobernador de Carabobo, Rafael La Cava, llamó a la población a reportar sobre casas o centros de criptominería en funcionamiento dentro de ese estado, el cual está en emergencia eléctrica y bajo un fuerte racionamiento.
Las fuentes sindicales precisaron que las cripto granjas están conectadas al sistema eléctrico nacional (SEN), por lo que presionan aún más el desequilibrio existente entre la oferta y la demanda de electricidad en el país.
«La prolongada ola de calor ha incrementado la demanda eléctrica a entre 11.500 y 12.000 Mw que el SEN no puede satisfacer», advirtió un consultado.
Refirió que en los últimos diez años el SEN registra un déficit recurrente en la demanda de 1.200 Mw, lo cual ha llevado a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) a aplicar racionamientos a través del plan de administración de carga.
Pero la sequía y la ola cálida fuerzan aún más la disponibilidad de energía en el SEN, el cual es alimentado en 60% por la central hidroeléctrica de Guri en Bolívar.
«El otro 40% de la demanda debería provenir del parque de plantas termoeléctricas cuya capacidad instalada es de 16.080 Mw, aunque solo puede generar entre 8% y 10% de esa capacidad», explicó un consultado.
Las fuentes insistieron en que el SEN registra un gran desequilibrio entre la oferta y la demanda de energía como consecuencia de la falta de mantenimiento e inversión durante años a las instalaciones y redes de generación, transmisión, subtransmisión y distribución en todo el país.
Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, en el primer trimestre del presente año ocurrieron en el país 219 protestas de calle por los frecuentes y prolongados cortes de electricidad.