La Torre Trump se ha convertido en un búnker desde que Donald Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos. La seguridad es máxima también en la zona que rodea el edificio.
Aunque se trasladó a la Casa Blanca, en Washington, la primera dama Melania Trump, y el hijo de ambos, Barron, permanecen aún en su lujosa residencia de la Torre Trump, situada en la Quinta Avenida de Nueva York. Alrededor de 250 agentes, entre los armados y los del servicio secreto, vigilan 24 horas al día, 7 días a la semana, el entorno del edificio para velar por la seguridad de ambos.
Son numerosas las medidas de protección en la zona: desde un vallado que rodea al menos dos cuadras alrededor de la torre, pasando por enormes bloques de hormigón de contención, puestos de policía permanentes o vehículos policiales. Incluso, una calle en el corazón de Manhattan ha sido cerrada completamente al tránsito de vehículos.
Se estima que el costo de esta protección es de medio millón de dólares por día. Una cifra que aumentará cuando el Presidente visite a su familia en Nueva York. Esta situación podría mantenerse así unos meses más, puesto que parece que Melania y su hijo no se mudarán a la Casa Blanca hasta que Barron Trump no termine su curso escolar en Nueva York.
