Desde distintas ciudades de Venezuela reciclan el aceite vegetal usado para evitar que las aguas se contaminen. La iniciativa lleva por nombre Brocicla, fue ideada en 2016 y actualmente no solo aumentó su presencia en el país, sino que traspasa fronteras.
Sus creadores, Francisco Aguirre y Claudio Turola, explican que como emprendedores y amantes de la naturaleza vieron la necesidad de solucionar un problema que presentan todas las cocinas que sirven frituras y se inspiraron en los modelos ecológicos de países desarrollados para su propuesta.
Desechar el aceite usado es perjudicial para el ambiente debido a que un solo litro puede contaminar hasta mil litros de agua tan pronto se vierte en las tuberías, las cuales también se dañan por ello.
¿Cómo nació Brocicla?
Brocicla es descrita como una empresa joven inspirada en los principios del reciclaje y la reutilización del aceite vegetal usado, con la característica principal de que ofrece una solución para mantener los espacios libres de aceites residuales. Y su historia inició en Margarita.
“Comenzamos el anteproyecto en el año 2016. Después de muchas lluvias de ideas e investigación técnica y de mercado decidimos hacer la prueba piloto en la isla de Margarita”, dicen sus fundadores.
Tanto Turola como Aguirre exponen que los resultados obtenidos en Nueva Esparta les permitieron darse cuenta de lo necesario que era el servicio para los restaurantes, para el medioambiente y para la economía circular.
De este momento surgió, con la colaboración de un equipo de amigos y aliados, la ampliación a otros estados. “Expandimos la operación a Caracas y progresivamente se instaló la sucursal en Valencia para cubrir Aragua, Carabobo, Falcón (Tucacas) y Lara. Además, recientemente, gracias a la necesidad de solucionar el problema a un buen aliado, iniciamos la sucursal en San Cristóbal con miras a abarcar el occidente del país”, dicen.
Su crecimiento no se quedó allí y de La Asunción, capital de la Isla de Margarita, llegó a Asunción, Paraguay. “Con un equipo de paisanos instalados en Paraguay decidimos emprender en ese país porque, al igual que la naturaleza, Brocicla no tiene fronteras y el reciclaje es universal”, enfatizan los creadores.
¿Cómo funciona?
Este servicio gratuito está principalmente dirigido a los hoteles, restaurantes, centros comerciales y fábricas de alimentos que hacen uso constante de aceite en sus negocios. Y cada uno de estos establecimientos recibe una remuneración.
Sus fundadores explican que una vez que es solicitado el servicio, Brocicla dispone a cada cliente de envases de seguridad certificados para el seguro almacenaje y traslado del material. Luego, “nuestro equipo profesional en ruta hace el retiro dejando un envase rotulado vacío y limpio con una constancia de disposición final ecológica avalada por el Ministerio de Ambiente que sirve para contabilizar la huella de carbono recuperada”, acotan.
Una vez que el aceite vegetal usado llega a las instalaciones de Brocicla es sometido a un proceso sanitario para convertirlo en energía limpia que contamina 83% menos que un combustible fósil.
Con el objetivo de que después sea destinado a las industrias que lo utilizan como materia prima, “entre ellas la cosmética para fabricar jabones o la industria del biodiesel para hacer combustibles de segunda generación”, indican Turula y Aguirre.
Es mediante estos beneficios obtenidos que Brocicla ofrece a los generadores de desecho una remuneración ecológica y la cual, por lo general, expresan los fundadores, es donada a diferentes fundaciones sin fines de lucro para ejecutar proyectos sociales para los más necesitados. Esta es la fórmula para transformar desechos en obra social que surgió en este emprendimiento.
Un desecho que con el debido proceso se transforma en un nuevo producto
Ante el aceite vegetal usado, procesado y luego convertido en otro objeto como es el jabón, los fundadores de Brocicla expresan: “Casi todos los desechos con su debido proceso se pueden transformar en nuevos productos, generando más recursos y puestos de empleo. Colaborando a su vez con la importante tarea de conservar el medioambiente”.
Agregan que es en los momentos difíciles cuando se aprecian y optimizan los usos de cada material.
Ante una realidad de contaminación de las aguas en aumento no es descabellado que esta iniciativa naciera en una isla. Pero ante el problema surgió una solución y por cada litro de aceite vegetal reciclado, Brocicla convierte el “desecho” en materia prima.