Con la bombona al hombro: Mirandinos madrugan para poder comer

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    Caminan en la madrugada con el peso de una bombona de gas en sus hombros. Van desde sus casas al centro de venta más cercano, donde por horas esperan la llegada del suministro que les permita cocinar.

    Los habitantes de los barrios de Los Teques tienen entre uno y tres meses sin recibir gas por parte de las juntas comunales de la zona y, en consecuencia, deben dirigirse a un depósito aledaño.

    Son las 9 de la mañana y Andreína Adrián está con su padre en el terreno donde los hacen esperar hasta que llegue el gas. Llegaron a las 5:00 am, no han comido y su papá se vino directo del trabajo donde labora como vigilante. “No tengo ni una gota de gas en mi casa y tengo niñas pequeñas. Estoy rezando porque venga el gas”, dice con preocupación al ver que luego de más de cuatro horas no han logrado su objetivo.

    Antes de que les dieran acceso a este terreno, Andreína y su padre estaban con más de 200 personas parados en la entrada donde entregan los números que indican que ese día podrán llenar su bombona. “Todo es por número de cédula y no debería ser así, perdemos un día completo aquí”.

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    Foto Raúl Romero 

    Entre las personas también está Juan Carlos Hernández, quien compra en el depósito de gas porque “es más económico”. Cuesta 60.000 bolívares en efectivo y dejó de comprarlo en la comunidad donde vive porque “le piden a uno algo más”, pero hoy no lo dejaron comprar porque olvidó su cédula en casa.

    Los vecinos señalan que una bombona de la junta comunal cuesta 100.000 bolívares, mientras en este depósito el valor es de casi la mitad, pero el mayor problema es la irregularidad con la que llega el gas al sector donde habitan.

    “Si llega el camión me tocará comprarla por allá porque qué más hace uno. Entonces los muchachos cómo comen porque ni leña se consigue ya”, afirma.

    El secretario general del Sindicato Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón, Iván Freites, explica que el problema en el suministro de gas de bombona “no es solo en Los Teques, es en todo el país porque no hay la cantidad suficiente de bombonas y la producción prácticamente está en cero”.

    “No estamos produciendo gas ni en refinerías ni en criogénico ni en las petroquímicas y el gas natural de tubería también ha disminuido su producción por la caída en la producción de petróleo”, agrega el dirigente sindical.

    Freites detalla que el déficit en el suministro de bombonas “para principios de este año era de más de 80%, antes teníamos 15 millones de unidades repartidas en los distintos tipos de bombonas, 10, 18, 27 y 43 kilos, pero ahora de esos 15 millones apenas tenemos 3 millones de bombonas”.

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    Rosario Escalante, foto: Raúl Romero. 

    Rosario Escalante, persona de la tercera edad con cáncer de próstata y quien también se encuentra en las afueras del centro de venta, ha tenido que cocinar con leña ante la falta de gas.

    “Tengo ahorita como un mes sin gas y para poder comer cocino con leña”, dice con su bombona en mano en las inmediaciones del lugar, en el que le indican que hoy no le pueden vender porque no es su número de cédula.

    Freites añade que en Falcón, donde está el centro refinador Paraguaná y lugar de distribución de GLP (gas líquido de petróleo), hay gente que ha estado sin gas todo lo que va de este año y es habitual que la gente cocine con leña. “Inclusive, en la Universidad Politécnica Territorial Alonso Gamero están dando cursos de formación para hacer cocinas a leña”, asegura.

    Según un reciente estudio de la asociación civil Convite, 42% de los adultos mayores dura un mes sin gas en su hogar y los que cocinan a leña les ha generado problemas respiratorios que afectan su salud.

    Escalante explica que los números de cédula que se asignan cada día cambian semanalmente y eso dificulta saber cuándo le corresponde ir. Pide que sea fijo para que no existan dudas y no perder el viaje cargando una bombona, “porque es algo que tengo que hacer para poder comer”.

    Aunque el transporte pasa, tomarlo es una idea que no viene a la mente de los habitantes de Los Teques que tienen su bombona llena o vacía, debido a que los conductores les cobran el precio de un pasaje más para permitirles subir al autobús con ella. Por ello, todos caminan con su bombona al hombro.

    “Toda esta situación nos indica que para el problema del gas no hay solución inmediata”, puntualiza el sindicalista.Caminan en la madrugada con el peso de una bombona de gas en sus hombros. Van desde sus casas al centro de venta más cercano, donde por horas esperan la llegada del suministro que les permita cocinar.

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